El científico y emprendedor Craig Venter explica cómo la investigación genética y Silicon Valley empiezan a combinarse
- Lunes, 4 de agosto de 2014
- Por Antonio Regalado
- Traducido por Lía Moya
Al científico del genoma y emprendedor J. Craig Venter se le conoce
principalmente por ser la primera persona que secuenció su propio genoma
en 2001.
Este año ha creado una nueva empresa, Human Longevity, que pretende
secuenciar un millón de genomas humanos para 2020 y acabar ofreciendo
programas web que ayuden la gente a guardar y comprender sus datos
genéticos (ver "Microbios y metabolitos para luchar contra el envejecimiento").
Venter explica que, hasta la fecha, ha secuenciado el genoma de 500
personas y que los voluntarios también están empezando a someterse a una
serie de pruebas que miden su fuerza, el tamaño de su cerebro, cuánta
sangre bombea su corazón y, según detalla Venter, "prácticamente
cualquier cosa que se pueda medir de una persona sin tener que abrirla".
Esta información se introducirá en una base de datos que se puede usar
para encontrar relaciones entre genes y estos rasgos así como distintas
enfermedades.
Pero para conseguirlo harán falta potentísimos programas que digieran
los datos. Y para desarrollarlos, Venter ha reclutado al especialista
en aprendizaje automático que dirige Google Translate, Franz Och.
Ahora Och aplicará métodos parecidos al estudio de los genomas en un
taller de ciencia y software de los datos que Venter está montando en
Mountain View, California (EEUU).
Esta contratación llega al mismo tiempo que el lanzamiento por parte
de Google de un proyecto parecido para empezar a recoger datos
biomédicos. Venter define los planes de Google para una base de datos
biomédica como "un pequeño paso, una versión mucho más pequeña de lo que
estamos haciendo nosotros".
Lo que está claro es que la investigación genómica y la ciencia de
los datos se empiezan a combinar de nuevas maneras y a una escala mucho
mayor de lo que nunca se haya hecho. Hemos preguntado a Venter por qué.
¿Qué tal vamos en genómica?
En mi opinión no ha habido un número significativo de avances. Uno de
los motivos es que la genómica sigue una ley de números muy grandes. Yo
tengo mi genoma desde hace 15 años y no puedo aprender gran cosa de él
porque no hay tantos con los que compararlo.
¿Por qué ha contratado a un experto en traducción automática como principal científico de datos?
Por ahora no existe software que sirva para comparar mi genoma con el
tuyo, mucho menos con un millón de genomas distintos. Queremos que
llegue un punto en el que sólo se tarde unos segundos en comparar tu
genoma con todos los demás. Hará falta mucho trabajo para llegar a ello.
Google Translate empezó como un algoritmo lento que tardaba horas o
días en ejecutarse y no era demasiado preciso. Pero Franz Och construyó
una versión de aprendizaje automático capaz de entrar en la web y
encontrar todos los artículos traducidos del alemán al inglés o
viceversa y aprender de ellos. Y después se optimizó, así que funciona
en milisegundos.
Yo convencí a Franz y él se convenció a sí mismo, de que comprender
el genoma humano a la escala a la que lo intentamos será uno de los
mayores retos de traducción de la historia.
¿En qué se parece descubrir la conexión entre genes y enfermedades a traducir idiomas?
Todo lo que hay en una célula deriva de tu ADN, todas las proteínas,
su estructura, si duran segundos o días. Todo eso está preprogramado en
el lenguaje del ADN, que después se traduce en vida. A la gente le
sorprenderá muchísimo saber hasta qué punto somos una especie con ADN
por software.
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